Representa la investigación de la vida de la Facultad de Medicina de la U.A.E.M. en casi medio siglo de existencia. Narra la vida y obra de toda una comunidad, que sumada, ha dejado huellas de una gran Facultad con enorme Identidad Universitaria, en donde, se destacan académicos con espíritu emprendedor y clara visión de calidad.
La evolución de los planes de estudio de las licenciaturas que se han otorgado, iniciando con la de Medicina en 1955 y agregándose Nutrición en 1996, así como las de terapia Física y Ocupacional en el año 2001; son el reflejo del avance de esos planes y programas en Ciencias de la Salud, notándose la gran cobertura de los estudios de Postgrado y su ascendencia.
En este nuevo documento nos remontaremos 58 años atrás, lo cual se dice muy fácil; no obstante todas las vicisitudes que se tuvieron que enfrentar en esta gran aventura. Comenzó el 21 de marzo de 1954, cuando el Consejo Técnico del aún entonces Instituto Científico Literario Autónomo (ICLA) del Estado de México, aprobó la creación de la Escuela de Medicina.
Tiempo atrás, un año antes de ese momento tan importante y fundamental para la que hoy es nuestra Facultad de Medicina, seis médicos jóvenes, impetuosos, progresistas, con poca experiencia pero con muchas ganas de hacer las cosas, exalumnos del ICLA, iniciaron este gran proyecto. Se prepararon desde entonces como maestros para crear la Escuela de Medicina, no sin antes pasar muchas dificultades para que la Institución fuera aceptada por la comunidad médica de la Ciudad de Toluca. En ese entonces, los médicos tolucenses argumentaban que nuestra ciudad se encontraba muy cercana al Distrito Federal, donde estaba la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y que esto le restaría importancia, por lo que le auguraban un porvenir nada halagador.
La vida académica de la Escuela de Medicina dio inicio el 3 de marzo de 1955 en la esquina sur-oeste del Instituto Científico y Literario (Juárez y Gómez Farías).
Muy merecida distinción tuvo el Dr. Mario César Olivera Gómez Tagle al ser el primer Director de la Facultad de Medicina, que en ese momento se denominó Escuela de Medicina, fue él quien luchó con grandes esfuerzos por la adaptación del viejo edificio, para adquirir el equipo necesario para la sala de disecciones y los laboratorios, así como para acrecentar el cuerpo de maestros, ya que sucesivamente fueron creándose sin interrupción los años subsecuentes de la carrera.
